El sector energético colombiano enfrenta desafíos crecientes. Si bien el país tradicionalmente ha dependido de la energía hidroeléctrica, la variabilidad climática, como los fenómenos de El Niño, ha puesto en riesgo la estabilidad del suministro, obligando a encender termoeléctricas que incrementan costos y emisiones. A esto se suma la necesidad de modernizar la infraestructura de transmisión y distribución para soportar una demanda cada vez mayor. Esta situación subraya la urgencia de diversificar la matriz energética y aumentar la resiliencia del sistema.

La respuesta a esta amenaza no es solo una responsabilidad del gobierno, sino también una oportunidad para los hogares y las empresas. Las fuentes de energía renovable, particularmente la energía solar fotovoltaica, ofrecen una solución descentralizada y segura. Al generar tu propia electricidad, te proteges contra los picos de precios, los posibles racionamientos y contribuyes a la sostenibilidad ambiental del país. Es una inversión que garantiza el autoconsumo y la independencia energética a largo plazo.

El momento de actuar es ahora. No esperes a que la incertidumbre golpee tu bolsillo o tu operación. La tecnología solar es más accesible y eficiente que nunca.